dimarts, d’agost 25, 2009

Lo que da pánico de la gripe es como se está llevando

La gripe A o gripe nueva pone de manifiesto algunas de las debilidades del mundo de hoy. Por ejemplo, de como se edifican situaciones de pánico, parcialmente artificiales, mientras la prevención resulta como mínimo discutible y a veces escasamente razonable y hasta insensata. Esto no es así en todas partes, claro, pero ello no constituye consuelo alguno.

Ciertamente, la situación es grave. Tal vez sería más correcto decir potencialmente grave, pero haríamos bien en no ignorar por completo el riesgo evidente. Resultan muy poéticas y líricas las leyendas sobre un invento para tapar la crisis económica. Otra cosa es que a veces esas leyendas parezcan verosímiles, dada la actución de algunos gobiernos, que en lugar de sembrar serenidad parecen empeñados en meternos miedo.

Hay gobiernos como el nuestro que optan por convocar a los medios de comunicación un domingo a mediodía para anunciar las medidas que van a tomar. No es necesario ser experto en relaciones públicas para darse cuenta de que si se trataba de calmar los ánimos, la medida tiene una “tendencia natural” a conseguir el efecto contrario.

Es más, este sesgo acaba contaminándolo todo y hasta las medidas más lógicas en caso de epidemia acaban siendo tomadas a burla. Cuando Sanidad anunció que vacunaría prioritariamente a los funcionarios esenciales, sin especificar cuales, la cosa fue tomada a sorna: dado que lo único absolutamente seguro en la función pública es cobrar el sueldo a fin de mes, no cabe duda de que el único personal absolutamente esencial es el del departamento de nóminas. Contado así, hasta tiene gracia.

No crean que planteamientos dubitativos como los que se refieren al inicio del curso escolar añaden algo de tranquilidad. Dicha medida pueda evitar una escalada de contagios y es indicadísima dentro de la lógica, a veces dura y no siempre fácil de aceptar, de la lucha contra una epidemia. Pero si es necesaria hay que aplicarla. Y si no, hay que dejar de marear la perdiz. Y aun admitiendo que quepa estudiar la posibilidad sin que la decisión haya que tomarla hoy mismo, la preparación psicológica debe ser muy bien administrada.

No ayuda mucho que ante una situación que se supone tan grave como para cerrar las escuelas, se levanten voces que discuten acerca de competencias y de quien firma el decreto.

Otra cosa es también que los medios de comunicación hayan olvidado que cada año mueren en España 8.000 personas a causa de la gripe y magnifiquen unos casos que, por tristes que resulten (algunos mucho), son el pan de cada día en los hospitales y en los servicios de urgencias. Naturalmente, esa cifra se da porque la gripe afecta cada año a un 15% de la población. ¿Qué va a ocurrir si los afectados superan, como se prevé, el 50%? Pues lo obvio y evidente, pero no estamos seguros de que esa cruda realidad se transmita con claridad, más allá del relato de casos concretos, incluidos los estremecedores.

En definitiva, la gripe nueva puede dar miedo, pero lo que da pánico de verdad es la forma en que se está llevando. Que por decirlo claro es manifiestamente mejorable.

dijous, d’agost 20, 2009

Una “rentrée” ambigua y complicada

Las vacaciones veraniegas a duras penas han dado un respiro al agobio que nos ha caído encima con la gravísima crisis económica que venimos sufriendo desde hace unos buenos dos años. Aunque los datos macroeconómicos han experimentado leves mejoras, el cuadro sigue siendo crítico. Entre otras razones, porque las mejoras, aun siendo genuinas, no llegan ni a una gota en el océano. Y porque son lo suficientemente ambiguas como para no sugerir efectos decisivos.

La presente situación se parece cada día más a una enfermedad prolongada, en la que nunca sabemos si una leve mejoría es presagio de recuperación o de una nueva recaída. Cuando el enfermo está poco menos que exánime, seguramente cabe esperar subidas y bajones de este tipo. Pero que sea esperable no significa que aporte esperanza y no digamos alegría.

Es más, quienes últimamente ven “brotes verdes” en la evolución de la economía acostumbran a ser personas uncidas a las expectativas levantadas por ellas mismas. ¿Qué van a decir? Lo mínimo que puede sacarse en claro es que no abundan los motivos para confiar.

Naturalmente, habrá que ir observando la evolución de los datos macroeconómicos. Pero ni siquiera eso inspira presagios extraordinariamente positivos. En primer lugar, porque todos somos conscientes de que esos indicadores no siempre reflejan en todo su alcance la realidad cotidiana a pie de calle, aunque en los últimos tiempos las cifras sean para asustarse de verdad. Y en segundo lugar, porque las medidas tomadas por muchos gobiernos no son más que paños calientes de efectos limitados en el tiempo.

No hay más que fijarse en España. El índice de paro en verano no ha sido especialmente malo, dado el contexto. Pero que esté a años luz de lo bien que iba antes es indicativo de por donde van los tiros: si en la época del año en que se creaba tanto empleo, se crea el que se crea... ¿Y qué ocurrirá a final de año cuando venzan medidas como el Plan Zapatero para hacer obras municipales? Durante unos meses 300.000 personas habrán tenido empleo, sí. ¿Y luego?

Además, seguramente no sería difícil ponernos de acuerdo en que el margen del Estado puede ser muy grande, pero no ilimitado. Algo arreglamos a corto plazo vertiendo miles de millones en planes de rescate y dinamización, que acabarán pagando las futuras generaciones en forma de deuda pública. Pero aunque cabe imaginar que el desatre sería mucho mayor sin dichas medidas, no se trata de soluciones a la raíz de los problemas. ¿Se acuerdan, verdad, del noble intento de refundar el capitalismo?

Todo ello ocurre, además, con unos políticos más ocupados en tirarse los trastos a la cabeza que en solucionar los problemas. Tampoco se observa mayor altura de miras en patronal y sindicatos, aunque haya grados. Todo el mundo intenta sacar provecho de la situación, en lugar de resolverla, y ello es garantía de que el problema continuará por aquí durante mucho tiempo.

dijous, d’agost 06, 2009

400 setmanes d'un butlletí electrònic de notícies

A l'empresa, estem de celebració. Un butlletí electrònic de notícies econòmiques que elaborem setmanalment per a un dels nostres clients, el Grup Vandellòs, arriba al número 400. L'invent es diu Flash Tributario y Laboral i és un clipping que ja ha recollit més de 14.000 notícies i ha publicat 400 editorials originals, que han esbudellat l'actualitat econòmica, política i internacional de cada moment (el podeu veure o donar-vos d'altra per a rebre'l a www.vandellos.com).

Confessem una cosa: a aquest producte li tenim una estima especial perquè va ser la primera feina que teníem, en una època en què aquest projecte que ha acabat dient-se Consultora de Comunicació Local ni es deia així ni tan sols era una empresa.

Dit això, hem de destacar la valentia del nostre client, el Grup Vandellòs, per embarcar-se en un projecte així. El Grup Vandellòs no és Endesa ni la Caixa, però fa anys, des de molt abans de la moda de la responsabilitat social corporativa, que es gasta diners en serveis gratuïts que ofereix a clients i no clients, o patrocinant tota mena d'activitats socials i culturals o promocionant el patrimoni històric i artístic dels pobles i ciutats on treballa.

És una empresa modesta, que destaca una mica entre les del seu sector (l'assessoria d'empreses) a escala local. Però que demostra que, en això de la responsabilitat social, el moviment es demostra caminant. No posant-se-la a la boca, sinó practicant-la a diari. En molts dels "fregados" en què estan embarcats, els hem embarcat nosaltres. Però la veritat és que les "embarcades" ens han aportat molt més a nosaltres. Sobretot en aprendre unes determinades actituds que també volem practicar.

Hi ha una filosofia que és molt senzilla d'entendre. La societat ens permet guanyar-nos la vida i a sobre, guanyar-nos-la en allò que ens agrada fer. Què menys que ser agraïts, no, i fer-li un retorn? És així de fàcil i directe: més enllà de la terminologia grandiloqüent usada als cursos i màsters de màrqueting, es tracta de tornar-li a la societat una part del que ens dóna en forma de beneficis.

És veritat que a la societat ja li tornem una part dels beneficis per via fiscal. Fa pocs dies que va acabar el termini per liquidar l'impost de societats i, prèviament, havia caigut la lletania trimestral per a tothom que tingui activitat econòica. Hem complert i molt a gust. I no tan sols per convicció, sinó perquè és senyal que la cosa va tirant endavant. Preferim tenir beneficis a declarar, encara que a ningú, en el fons, ens agradi pagar impostos. Però considerem, igual que el nostre primer client, que amb això no n'hi prou i que calen més coses.