La gripe A o gripe nueva pone de manifiesto algunas de las debilidades del mundo de hoy. Por ejemplo, de como se edifican situaciones de pánico, parcialmente artificiales, mientras la prevención resulta como mínimo discutible y a veces escasamente razonable y hasta insensata. Esto no es así en todas partes, claro, pero ello no constituye consuelo alguno.
Ciertamente, la situación es grave. Tal vez sería más correcto decir potencialmente grave, pero haríamos bien en no ignorar por completo el riesgo evidente. Resultan muy poéticas y líricas las leyendas sobre un invento para tapar la crisis económica. Otra cosa es que a veces esas leyendas parezcan verosímiles, dada la actución de algunos gobiernos, que en lugar de sembrar serenidad parecen empeñados en meternos miedo.
Hay gobiernos como el nuestro que optan por convocar a los medios de comunicación un domingo a mediodía para anunciar las medidas que van a tomar. No es necesario ser experto en relaciones públicas para darse cuenta de que si se trataba de calmar los ánimos, la medida tiene una “tendencia natural” a conseguir el efecto contrario.
Es más, este sesgo acaba contaminándolo todo y hasta las medidas más lógicas en caso de epidemia acaban siendo tomadas a burla. Cuando Sanidad anunció que vacunaría prioritariamente a los funcionarios esenciales, sin especificar cuales, la cosa fue tomada a sorna: dado que lo único absolutamente seguro en la función pública es cobrar el sueldo a fin de mes, no cabe duda de que el único personal absolutamente esencial es el del departamento de nóminas. Contado así, hasta tiene gracia.
No crean que planteamientos dubitativos como los que se refieren al inicio del curso escolar añaden algo de tranquilidad. Dicha medida pueda evitar una escalada de contagios y es indicadísima dentro de la lógica, a veces dura y no siempre fácil de aceptar, de la lucha contra una epidemia. Pero si es necesaria hay que aplicarla. Y si no, hay que dejar de marear la perdiz. Y aun admitiendo que quepa estudiar la posibilidad sin que la decisión haya que tomarla hoy mismo, la preparación psicológica debe ser muy bien administrada.
No ayuda mucho que ante una situación que se supone tan grave como para cerrar las escuelas, se levanten voces que discuten acerca de competencias y de quien firma el decreto.
Otra cosa es también que los medios de comunicación hayan olvidado que cada año mueren en España 8.000 personas a causa de la gripe y magnifiquen unos casos que, por tristes que resulten (algunos mucho), son el pan de cada día en los hospitales y en los servicios de urgencias. Naturalmente, esa cifra se da porque la gripe afecta cada año a un 15% de la población. ¿Qué va a ocurrir si los afectados superan, como se prevé, el 50%? Pues lo obvio y evidente, pero no estamos seguros de que esa cruda realidad se transmita con claridad, más allá del relato de casos concretos, incluidos los estremecedores.
En definitiva, la gripe nueva puede dar miedo, pero lo que da pánico de verdad es la forma en que se está llevando. Que por decirlo claro es manifiestamente mejorable.
1 comentari:
Hola Toni, aqui te dejo este enlace para que veas cuan hipocritas pueden llegar a ser los gobiernos y sus gentes.
http://www.youtube.com/watch?v=gKwk8Kq8QXA
Un saludo.
Torsosi absent
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