Ya no quedan estadistas como antes. Lo habrán oído frecuentemente. Y es verdad. El desierto es tal que personajes como Felipe González o Jordi Pujol son elevados a la categoría de titanes, cuando como políticos no lo hicieron tan mal, pero tampoco tan bien, sobre todo por los numerosos claroscuros de su trayectoria. Sin embargo, la presente crisis pone de manifiesto una alarmante falta de liderazgo de los actuales políticos españoles y una constatación dolorosa: hay cosas que con González o con Pujol, sólo por citar los mismos ejemplos, no pasarían.
Desde que la crisis comenzó a insinuarse con claridad, pronto hará dos años, los dos principales partidos españoles han estado buscándose las respectivas yugulares, sin aportar propuestas o soluciones dignas de tal nombre. Ha sido como un combate de boxeo en el que los contendientes hubieran renunciado al KO y fueran atizándose en los flancos, sin prisa pero sin pausa, en espera de alzarse con una victoria por puntos.
Lógicamente, cabe preguntarse de qué tipo de victoria se trata. ¿La de un tanto por ciento en los despojos de participación que deja la abstención? ¿La de los escaños conseguidos pese a todo, en virtud de una ley electoral en extremo generosa con quien no se lo merece? Puede que no se trate de eso, pero da precisamente esa impresión y la reciente campaña europea no demuestra otra cosa. Cuando los partidos priorizan medirse entre ellos y no contra la realidad, no cabe hacerse ilusión alguna.
La pregunta subsiguiente es si les interesa realmente dar solución a los problemas, como se supone que corresponde a los partidos políticos. Pero lo visto confirma que estamos ante meros profesionales del poder, desconectados de la sociedad a la que dicen servir. Cuando se llega a estos extremos, la política pierde el sentido que la hace imprescindible en nuestras vidas. Pero dado que los partidos siguen ahí, disfrutando de las prebendas que la política les otorga, resulta difícil que interiorizen otra cosa que su necesidad de conservar el poder o conseguirlo. Ambas cosas a cualquier precio.
En otra entrada completaremos este comentario, analizando el papel que Gobierno y oposición están jugando en esta crisis. Porque aunque uno pueda tener más obligación que otro, su nivel de lucimiento es muy parecido (por la franja baja).
2 comentaris:
Fa uns cent anys l'economista Silvio Gesell va observar que el sistemes financers basats en interessos i deute fomentaven l'especulació, l'acumulació i la distribució desigual de la riquesa generada per totes les persones. Durant les recessions del segle XX van néixer centenars d'iniciatives locals que van assolir pal·liar les dificultats i generar riquesa en les comunitats on es van implementar.
La raó és que en lloc de basar-se en deute contret, els sistemes de crèdit mutu creen monedes que representen el valor del treball i l'aportació real de cada persona. Aquestes monedes no acumulen interessos sinó que els perden amb el temps. Així es fomenta que circuli la riquesa i es genera una abundància i disponibilitat de diners que es correspon millor amb la realitat de l'esforç de cadascun.
Altre factor positiu és que aquests sistemes permeten que la riquesa creada localment circuli més temps dintre de la pròpia comunitat que la genera, mentre que si només comprem en grans cadenes els beneficis es van a altra part ràpidament.
Avui dia, el principal promotor dels sistemes de crèdit mutu és Bernard Lietaer, important economista belga, un dels dissenyadors de l'Euro i autor del llibre "El futur dels diners". Segòns ell, si volem una moneda que estimuli el consum responsable o reciclar materials, hem de crear-la. Actualment existeixen més de 2500 sistemes locals que complementen la moneda formal en països com Àustria, Alemanya, Regne Unit, Estats Units, Argentina i fins i tot alguns a Espanya.
A Tarragona estem formant la Xarxa ECO per promoure la creació d'una moneda social com eina per la integració social i la economia solidària, valoritzant capacitats no aprofitades.
Si esteu interessats pel projecte podeu visitar http://sites.google.com/site/ecotgn
Olvidé aclarar que la razón de mi comentario es que creo que no debemos esperar a que los políticos lo solucionen todo. Creo en el poder de las personas comunes para iniciar los cambios necesarios en la sociedad. Si no tomamos la iniciativa, acaban imponiéndose otros intereses.
Saludos.
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