Gas Natural ha cerrado un acuerdo con ACS para quedarse el 45% de Fenosa que estaba en manos de la constructora de Florentino Pérez. A la tercera, la gasista catalana ha conseguido hacerse con una eléctricay cumplir su objetivo de formar un gran grupo energético, tras los fracasos con Iberdrola y Endesa. Pero se venda como se venda, la operación tiene mucho menos calado que las precedentes y, aunque no esté faltada de habilidad, no es un prodigio de la sagacidad empresarial.
Además, los antecedentes deberían invitar a la prudencia. El volumen del paquete hasta ahora en manos de ACS obligará a Gas Natural a lanzar una OPA por el 100% de Fenosa. Y la operación deberá ser autorizada por la Comisión Nacional de la Energía. Puede que los momentos de gran crispación política de la pasada legislatura, que objetivamente influyeron en la resolución de la OPA de Endesa, hayan pasado ya. Pero el anticatalanismo vende demasiado bien en según qué sectores de España para descartar nada por anticipado.
Por mucho menos se montaron embrollos como el boicot al cava. No olvidemos que aquella guerra, aunque tomó como excusa unos hechos manifiestamente inoportunos, fue una mera pedrada de ocasión con fines muy distintos. Lo mismo podría decirse de la OPA de Endesa. ¿Recuerdan donde acabó recalando Manuel Pizarro en pago por los servicios prestados? En un momento en que la financiación autonómica amenaza con levantar ronchas, y encima las balanzas fiscales han dejado a unos cuantos con las vergüenzas al aire, nadie debería sorprenderse de nada.
En todo caso, en esta ocasión Gas Natural parece haber jugado mejor sus cartas. A ACS le comprará de forma directaun 9,9%, que es el máximo sin pasar por una OPA. Ciertamente el 35% restante en manos de Florentino Pérez deberá pasar por ese trámite, pero el acuerdo alcanzado entre ambas partes prevé precisamente que ACS también venderá en esa fase del proceso. Aunque queda en el aire un 55% y nunca se sabe lo que puede ocurrir, el buen pago ofrecido por Gas Natural parece tener visos, al menos a priori, de que el tiro va a hacer blanco.
Gas Natural ha entendido al final que tal vez sea posible comprar duros a cuatro pesetas en épocas de crisis, pero que en épocas de bonanza es iluso pretender comprar duros a mitad de precio. Politiquerías a parte, que las hubo y muchas, lo de Endesa se frustró también porque la gasista buscaba una ganga. Por muy difícil de entender que fuera que grandes multinacionales pusieran una montaña de dinero sobre la mesa al servicio de una pelea política barriobajera que ni les iba ni les venía, tampoco hay que olvidar que la oferta de Gas Natural fue la más rácana de todas las que hubo en danza.
Pero si decíamos que la cosa tampoco es para tirar coetes, es porque Gas Natural se ha limitado a pescar en las aguas revueltas de la crisis general. ACS tenía un paquete importante de Fenosa porque invirtió sus pingües beneficios en la época de las vacas gordas. Ahora que han llegado las vacas flacas y las constructoras pasan algunos apurillos, Florentino Pérez se limita a cambiar patrimonio por liquidez. A Gas Natural la cosa hasta le sale bien de precio. Aunque Fenosa no es Endesa, también es verdad que la broma le sale por bastante menos.
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